Hay una España ignorada y sin autopistas, una tierra que solo emerge del olvido con motivo de una catástrofe o un crimen. Ese país merece una mirada que revele sus muchas historias, que plasme la añoranza de lo que no pudo ser y ya nunca será. Como dice Ignacio Martínez de Pisón: «Se trata de situarse un poco en los márgenes, viajar a sitios a los que “hay que querer ir” porque no están de paso para ninguna parte, adentrarse en comarcas donde el GPS se despista por falta de costumbre. Se trata también de demorarse en los meandros […] y en definitiva de dar valor al tiempo de la única manera que lo permite la naturaleza: perdiéndolo, porque perder el tiempo es el mejor modo de ganarlo.
«Una buena siesta bajo los robles, una conversación con alguien del pueblo, un paseo sin un destino concreto: en esas formas menores de la felicidad intuimos una sabiduría ancestral que la cultura urbana ha acabado aboliendo. Hace falta una modesta pero arraigada y profunda filosofía de la existencia para aprender a disfrutar de la plenitud de ciertos instantes».
Alfonso Armada nos lleva por carreteras secundarias para devolvernos la España perdida, para acercarnos lo que parecía irremediablemente lejano.
Alfonso Armada (Vigo, 1958) ha trabajado en El Faro de Vigo, El País y, actualmente, en ABC. Ha sido corresponsal en Sarajevo, en numerosos países africanos, como la República Democrática de Congo, Ruanda, Burundi, Liberia y Sudán, y también en Nueva York cuando se produjo el ataque contra las Torres Gemelas. Ha publicado, entre otros, Cuadernos africanos (1998 y 2002); España, de sol a sol (2001); Nueva York, el deseo y la quimera (2007); Diccionario de Nueva York (2010); Mar Atlántico. Diario de una travesía (2012); Fracaso de Tánger (2013 ) y, con Gonzalo Sánchez-Terán, El silencio de Dios y otras metáforas. Una correspondencia entre África y Nueva York (2008). Es editor de la revista digital FronteraD.
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