Descripción
«Es una gran lástima que existan tantos enemigos catalogados de los libros que trabajan por la destrucción de la literatura, y que tan a menudo acaben consiguiendo su triste objetivo.»
«Bien mirado, la posesión de todo libro antiguo es una encomienda sagrada, de tal suerte que cualquier propietario consciente de lo que tiene, o cualquier custodio, debería pensar que ignorar su responsabilidad en la materia es igual que para un padre dejar de atender a su hijo.» William Blades
«Un libro delicioso.»
Andrés Trapiello, del prólogo: Para el impresor y bibliómano británico William Blades, los enemigos de los libros son muchos, pero muy identificables, y cual Porfirio moderno, dedica estas páginas a catalogarlos exhaustivamente: aparte de los elementos naturales, como el fuego, el agua, el gas y el calor, el polvo y las plagas, hay otros enemigos intangibles, pero igualmente dañinos, como la ignorancia y el fanatismo. Aunque la mayor amenaza a lo largo de la historia han sido, y posiblemente sean aún, las mañas y malas artes de los bibliópatas, la torpeza de los encuadernadores y la avaricia de vendedores y coleccionistas, a los que Blades muestra especial inquina: si bien se hacen llamar «bibliófilos», deberían ser catalogados como «los peores enemigos de los libros».
«Una feliz iniciativa editorial.» Carmen R. Santos, ABC Cultural
«Una auténtica delicia.» Jordi Carrión
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