Descripción
En los fecundos años 30, la Segunda República brindó a las mujeres un abanico de nuevas posibilidades que las visibilizaron en la esfera pública. La periodista y escritora María Luz Morales fue protagonista de esas transformaciones en la Barcelona de Mercè Rodoreda, Aurora Bertrana e Irene Polo. No sólo fue vicepresidenta del Lyceum Club barcelonés, sino asimismo directora de la Residencia Internacional de Señoritas Estudiantes –homóloga de la que dirigía en Madrid María de Maeztu–. Y en plena Guerra Civil, le tocó dirigir durante unos meses difíciles un diario de la relevancia de La Vanguardia. En ese oasis para el talento femenino, brilló con luz propia desde la discreción y el buen hacer. Ya octogenaria y bajo el título de Alguien a quien conocí, publicó sus recuerdos de aquel tiempo excepcional para la cultura y la libertad. Deambulan por sus páginas personalidades relevantes como Marie Curie, Valéry, García Lorca, André Malraux, Keyserling o Gabriela Mistral, con las que compartió paseos, conversaciones o amistad. Sin olvidar a Caterina Albert –Víctor Català–, de quien fue admiradora y traductora. Tras un largo e imperdonable olvido, este es de entre sus libros el primero que ve la luz.
María Luz Morales (A Coruña, 1889-Barcelona, 1980) fue sin duda nuestra periodista cultural más relevante del siglo XX. Directora de la revista El Hogar y la Moda en los años 20, durante la Guerra Civil fue directora de La Vanguardia, siendo la primera mujer en dirigir aquí un periódico de alcance nacional. Destacada periodista cultural, escribió sobre literatura, cine, teatro y moda. Publicó novelas como Balcón al Atlántico y relatos como los reunidos en Historias del décimo círculo, destacando también como biógrafa, adaptadora de clásicos para jóvenes, traductora y antóloga. Literatura al margen, largas décadas de trabajo abnegado y brillante la convirtieron en «la gran dama de la prensa»
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