Viaje con nuestra colección #nosencantarecibirpostales
Por Tamara Crespo
El último trimestre de 2019 nos ha deparado nuevos y sorprendentes viajes ‘postaleros’. Nuestros amigos nos han regalado, a través de sus tarjetas manuscritas, aventuras de lo más variadas, desde una excursión a Tazones, en la costa asturiana, hasta una visita a un destino tan exótico como Hiroshima, en Japón.
Comencemos por el principio.
Juan del Amo, amigo de Primera y, para nuestra suerte, también de enviar postales, nos remitió a finales de septiembre una tarjeta con una foto de esta recoleta villa, Tazones, con una hermosa playa cantábrica. Su texto, lacónico, como lo es él a veces, pero cariñoso: «Pues hala, un saludito». Nos encanta.
La siguiente en sumarse a esta hermosa costumbre de enviarnos unas letras desde su lugar de vacaciones, en este caso, varios lugares, fue nuestra no menos querida Chopi Bravo, que nos envió diez postales de su periplo desde Ripoll hasta la Borgoña francesa, pasando por Namur, Chartres, París, Amiens, Brujas y Cadaqués. Preciosas imágenes de un verano familiar junto a alguno de sus hijos de una mujer que durante 40 años fue librera en su país, Chile, y a la que tuvimos la suerte de conocer en Urueña junto a uno de ellos, Jorge, también librero.
De vacaciones en Praga estuvieron nuestros amigos Gemma y Miguel, miembro ella del Club de Lectura de Primera Página. No se olvidaron de enviarnos una postal de la bella biblioteca barroca del Clementinium, antigua sede del colegio jesuita y de la universidad. En el reverso nos transmitían una interesante información sobre los estragos en algunas ciudades y algunos momenentos de las que, a veces, se convierten en verdaderas «hordas» de turistas. A tener en cuenta para todos los que amamos los viajes sin masificaciones.
Otro de nuestros amigos de Primera que hizo un viaje de esos de envidiar fue Víctor Colden, que anduvo tras los pasos de nuestro mutuamente adorado Leonard Cohen en la isla griega de Hidra. Casi nada. Su texto estaba encabezado por una hermosa cita del maestro: «I came so far for beauty…». Nos contaba Víctor que llamó a la puerta de la casa de Cohen «bajo la buganvilla», y que respondió el silencio…
Isidora Navarro, a la que hemos tenido la suerte de conocer este año en la librería y que se ha convertido en una de nuestras amigas de Primera, nos envió su postal desde Jumilla. La fotografía de la tarjeta es de un maravilloso rincón histórico de Cáceres. A Isidora y Bartolomé Medina, su marido y enseñante como ella, les gustan también los viajes, y nos explica que tienen por costumbre enviar postales, «para que no se pierda la tradición». Sus líneas manuscritas incluyen uno de nuestros cuentos favoritos y su más célebre frase: «preferiría no hacerlo».
Edimburgo, en Escocia, fue otro de los últimos destinos en sumarse en 2018 a nuestra nutrida colección #nosencantarecibirpostales. Es una foto en blanco y negro del tráfico en la calle Princes en 1964, firmada por Robert Blomfield. Todas ellas son pistas que nos llevaban a nuestra amiga Marta Sánchez, quien la firma, a la que también conocimos en la librería y con quien conversamos por primera vez gracias a su afición por la fotografía. La tarjeta corresponde a una exposición de este fotógrafo que muestra, nos dice, la «verdadera» Escocia de los años 50 y 60.
La siguiente postal ya fue navideña y con mensaje social: «Vigo come luces», una campaña contra la pobreza de la Asembla por un Vigo máis social. En ella se denuncia cómo, según sus datos, dos meses de iluminación de Navidad de este municipio cuestan 1.000.000 de euros, mientras que en el mismo periodo se invierten 77.000 en ayudas de emergencia. Esta tarjeta la firma Xoana.
De otra lectora que forma parte de nuestro Club de Lectura de Urueña, María Henar, llegaba en diciembre, desde Valladolid capital, otra postal navideña con mensaje, en la que además de animarnos con el proyecto de la librería, «que nos enriquece a todos» y que califica, ay, de «preciosamente acogedora», deseaba para 2019 que reine el «sentido común, también entre Palestina e Israel», pues estaba cerca nuestro viaje a ambos lugares. El anverso de la tarjeta es un chiste de Forges en el que se ve un belén rodeado por un muro de hormigón y con un carro de combate vigilando.
La última postal familiar nos ha llegado desde Barcelona. La enviaron Leire y Naoki, a los que les encantan esta ciudad y el modernismo. La postal es preciosa, pues tiene relieve y es un trocito de la «mágica casa Batlló» que llegó, con algo de retraso para susto de todos, hasta nuestra «librería de ensueño». Amor de hermana y de cuñado.
Nosotros mismos, claro, nos enviamos desde Jerusalén, aunque comprada en el Mar Muerto, una de estas tarjetas postales viajeras que tanto nos gustan. Es una vista panorámica de la ciudad vieja, con sus cúpulas y torres, con toda la fuerza de esta milenaria urbe que acumula tantos años de historia y tan pocos de paz.
Y la última de 2018: Hiroshima, en Japón, un país que amamos porque es el de una parte de nuestra familia. Pero esta nos la envía nuestro muy querido profesor de literatura japonesa, Suso Mourelo, que en junio impartió un inolvidable curso titulado «De bellas durmientes a narradoras activas». Suso vive la mitad del año en España y la otra en Hiroshima y ha escrito dos libros dedicados al País del Sol Naciente, ambos muy recomendables: Tiempo de Hiroshima y En el barco de Ise. Viaje literario por Japón.
No puede haber librería más afortunada. ¿Os ha gustado el viaje? Pues no podemos si no desear que en 2019 sigáis viajando y haciéndonos viajar con vosotros. Gracias, gracias, gracias, amigos de Primera.