Descripción
8 de abril de 1939, Hertha Nathorff, se embarca con su marido rumbo a Nueva York en el puerto de Bremerhaven, a bordo del Bremen, donde se habilita un rincón para judíos. Atrás deja las tumbas de sus antepasados en un cementerio profanado de su pequeña ciudad meridional, la visión de los escombros de la antigua sinagoga, el olor de una primavera incipiente que sin embargo preludia un largo otoño tenebroso «¡Qué hermosa sería esta tierra si no ondearan banderas con la cruz gamada en todos los rincones!».
Los Nathorff, como los Einstein -era su apellido de soltera-, procedían de ambientes judíos secularizados, ambas muy enraizadas e integradas, como tantas otras familias de la época guillermina, en la sociedad y la cultura alemanas. Estudia Medicina en la Universidad de Heidelberg, posteriormente se instala en Berlín y abre junto a su marido Erich un consultorio médico, desde donde con mirada escrutadora, como si de un microscosmos se tratara, observa y apunta en su diario desconsoladamente el cambio de actitud de sus compatriotas que bajo la presión política y social de los nazis y el miedo a sus represalias torna hacia el desprecio y el hostigamiento.
El matrimonio se resiste a dejar Alemania, un fuerte lazo emocional y un tenaz temperamento les une a su tierra y a sus pacientes pero en agosto de 1938 se promulga el cuarto decreto de aplicación de la Ley de Ciudadanía del Reich que prohíbe a los judíos practicar la medicina, no obstante a unos pocos, entre ellos a su marido, se les permitirá seguir ejerciendo como cuidadores de judíos. Sin embargo la presión sobre la familia se hace cada vez más agobiante, su marido es encarcelado, este suceso es el desencadenante final en la decisión de dejar el país. Tras largas y penosas gestiones obtiene un visado para los E.E.U.U. Atrás queda el horror y la miseria del nazismo y se abre un esperanzador futuro o en eso al menos confiaba la familia Nathorff, los judíos alemanes son vistos con cierto recelo y sus títulos universitarios carecen de validez en Nueva York.
Nuestra autora se verá obligada a desempeñar toda suerte de labores modestas para llevar el sustento a su casa pues su marido se haya enfrascado en pleno estudio para obtener de nuevo un certificado que le permita ejercer su profesión. Como escribe el profesor Carlos Forcadell «La escritura que nos ha legado esta médica de origen suabo, formada personal y profesionalmente en el ambiente de la creatividad y densidad cultural de los felices años veinte berlineses, constituye un testimonio de gran valor para observar el ascenso y el despliegue del nazismo desde la toma del poder por Hitler».
El libro de Nathorff forma parte con toda justicia de los grandes diarios escritos por mujeres valerosas que testimonian el dolor y el horror de una época de persecución en Alemania, como son el Diario de Berlín de Massie Vassiltchikov o el Berlín bajo los nazis de Ruth Andreas-Friedrich que aparecerá próximamente en esta misma colección Kabarett Weimar.
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