«Nada se entendería sin el hierro». Esta fue una de las ideas centrales que el fotoperiodista Fidel Raso expuso en la presentación de la exposición Una historia irrepetible. La Fábrica de Luz. Museo de la energía, con sede en Ponferrada (León), inauguró el 7 de junio esta muestra, que recoge parte del trabajo de documentación que el reportero vasco, natural de Sestao, el pueblo en el que estaban ubicados los Altos Hornos de Vizcaya (AHV), realizó del desmantelamiento de esta industria, que hundía sus raíces en la historia con la extracción ancestral del hierro en la comarca. Algunas de las fotografías expuestas fueron publicadas en la prensa y en forma de libro, titulado Semillas de hierro y publicado en 1994, pero otras permanecen inéditas.
En la charla de presentación, y ante un nutrido auditorio, el autor explicó que tanto leoneses como asturianos y vascos han estado «unidos por una forma de producción industrial que comparten y que conformó una sociedad y una forma de vida». «Todo ello significó mucho para unas generaciones anteriores, que trataron de construir un futuro mejor, pero esa forma de vida y esa visión de futuro tuvieron un final», manifestó. Ese final fue retratado en el caso de AHV y no sin dificultades, por Raso, que alabó las instalaciones de las que a día de hoy disfrutan ponferradinos y visitantes en la Fábrica de Luz, un ejemplo, señaló, de lo que se puede hacer por mantener viva la memoria y el legado de esas generaciones que nos precedieron. En el mismo sentido, lamentó el periodista la ausencia de esta misma sensibilidad en el caso de la conservación del patrimonio, tanto material como inmaterial, de los altos hornos vizcaínos.
Para algunos de los asistentes a la charla, los paisajes retratados en las fotografías de Raso les eran más que familiares, pues o bien habían trabajado en la siderurgia vasca o, como en el caso de la Asociación de mineros Cuenca de Fabero, están tratando de conservar este patrimonio antes de que se produzca su pérdida definitiva. Las fotografías expuestas son ya imágenes para la historia, pues tal como explicó su autor, retratan momentos como el último viaje de un cargamento de cok, el apagado de uno de los altos hornos, la última colada, el último turno de trabajo o voladuras de chimeneas y otros edificios. Para terminar, el periodista mostró el ejemplo que hace años pudo conocer, en su trabajo como reportero internacional, en tierras canadienses, con los Jardines de Butchard, localizados en Brentwood Bay, en Columbia Británica. Se trata de unos exuberantes y muy visitados jardines creados en los terrenos de una antigua cantera de caliza cuya explotación se abandonó en 1904. Hoy en día son una atracción turística internacionalmente reconocida y un ejemplo de lo que puede y debería ser la conservación del patrimonio industrial.
La exposición permanecerá abierta hasta el 29 de julio, en horario del museo, y la entrada es gratuita.
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