Descripción
Vivir para contarlo. Tal vez sea una frase muy manida, pero lo cierto es que resume a la perfección el retorno a las librerías de una de las voces más descaradas de nuestro país. Maruja Torres saca punta a las rutinas de su día a día para conservar los destellos de un mundo que se apaga a través de reflexiones hilarantes sobre vivir más (o menos) y mejor (o como se pueda).
Un divertido y afilado ejercicio de adaptación a una vida que justo se empieza a comprender cuando nos acercamos al final de la escalera. La autora repasa su vida, y todos sus asuntos, con la elegancia de una narración que se ríe de todo, de todos y, sobre todo, de ella misma.
«[…] Este libro no va de la muerte, sino de la celebración de la vida. De la lucha por la vida, que es la esencia de la vida misma, tal como la siento, aunque sea jodidamente corta incluso cuando más se prolonga.»
«Va este libro, también, de entregarse al Tiempo y descansar en su incógnita, en vez de pelearle. Convertir lo que te quede en una vivencia honda, un paisaje complejo donde importe menos la longitud que la profundidad.»
Maruja Torres nació en 1943 y, desde entonces, intentó seguir viva, escribir mucho mucho mucho —y de todo— haciendo periodismo (ganó algún que otro premio) y publicar unos cuantos libros, entre novela y autoficción (también obtuvo el Planeta y el Nadal). Llegó hasta donde pudo haciendo lo que mejor sabía: fijarse mucho. Si queréis saber más, investigad, que así se aprende. Lo que más le costó es encontrarle sentido a todo esto. No lo consiguió, pero por el camino se divirtió bastante y comprendió que hay que reírse hasta el final. Es una tuitera muy activa, entre otras adicciones bien llevadas. Le gusta la conversación, y este libro último, no se sabe si póstumo, consiste en eso: hablar con todos y de todo. Todas, todos y todes, faltaría más. El Barrio Chino, hoy Raval, en donde creció, la hizo muy inclusiva.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.